PRÓLOGO
Con cabal conciencia de lo presuntuoso que pueda resultar prologar el texto Instituciones del derecho privado, del recordado maestro Massimo Bianca, hecho en colaboración con su hija, la profesora Mirzia Bianca —visto que, sobre su obra, autores tan calificados, como Salvatore Patti, se han ocupado de ello—, quisiera poner en evidencia en estas líneas tanto al insigne jurista como al magnífico ser humano que tuve la suerte de conocer.